2013: fiscalidad y PAC
En este último domingo
del año 2013 quisiera aprovechar, en primer lugar, para agradecer al
diario Noticias de Gipuzkoa, la oportunidad que me brindó, ahora
hace un año, de opinar y disertar sobre la actualidad agraria,
alimentaria y rural, una temática que, por otra parte, es invisible
en el resto de medios que solamente se acuerdan del tema agrario
cuando los baserritarras protestan paseando sus animales y tractores
por las calles de la capital. Suya es la osadía de dedicar, o mejor
dicho, sacrificar un precioso espacio para cuestiones, en teoría,
menores. Igualmente, quisiera agradecer la infinita paciencia de los
lectores que, semana tras semana, sufren mis filípicas con mis
fobias y cariños particulares.
En segundo lugar,
quisiera aprovechar el cierre del año 2013 para hacer una pequeña
valoración del año centrándome en, mi opinión, los dos asuntos
clave.
El año 2013 ha sido
acaparado por el debate fiscal. Comenzamos el año con la pelea
fiscal limitada al territorio guipuzcoano, con una diputación
prepotente, alejada de los planteamientos sectoriales y lo que es
peor, sin voluntad alguna de consensuar nada y pretendiendo ganar la
partida por aburrimiento a los agentes sectoriales. A lo largo del
año, la polémica fiscal ha saltado al conjunto de la CAV y es en
ese plano donde se ha llegado a un acuerdo tripartito, PNV-PSE-PP,
que para los baserritarras supondrá, por una parte, la eliminación
total del sistema de módulos mientras que por otra parte, se acogen
la casi totalidad de los planteamientos sectoriales en el momento de
aplicar el porcentaje de gastos de difícil justificación y en el
tratamiento dado a las ayudas directas europeas.
La eliminación del
sistema de módulos, pésima noticia se presente como se presente,
fue una cabezonada del PSE que aceptó el PNV en aras a un acuerdo
global. Un partido socialista que ha hecho bandera de la eliminación
de los módulos cuando un partido hermano suyo, el PSN, no sólo ha
peleado por mantener el sistema de módulos para los baserritarras
navarros sino que incluso ha aceptado incrementar el techo sobre el
que aplicar el sistema de módulos. Osea, todo un ejemplo de
coherencia en la familia socialista.
La propuesta fiscal
acordada por el tripartito fiscal, salvando las jugarretas que pueda
ocurrírsele al gobierno foral, será ratificada hacia mediados de
enero del 2014, justo antes de la comparecencia de los agentes
sectoriales en Juntas Generales de Gipuzkoa, solicitada hace unos
meses, pero que ha sido retrasada por Bildu hasta el 22 de enero.
Mientras tanto, es patente que el acuerdo tripartito ha sentado como
una patada en las partes nobles a los responsables forales y sólo
así se puede entender, acciones como la carta enviada por la
diputada Helena Franco a los afectados anticipandoles el desastre que
resultará del acuerdo fiscal tripartito, lamentándose que no podrá
cumplir los acuerdos previamente alcanzados, aún sabiendo que ha
sido incapaz de llegar a ningún acuerdo, al menos, con los
baserritarras, y animando a los diferentes agentes sectoriales a que
reaccionen contra dicho acuerdo.
El otro gran tema del año
ha sido la aprobación de la Reforma de la PAC y su aplicación en el
estado español. La aprobación de la reforma ha sido larga y
farragosa dado que en un primer momento se debía aprobar el cuadro
de perspectivas financieras para el periodo 2014-2020 para
posteriormente aprobar las líneas maestras de la reforma y todo
ello, entre tres instituciones (consejo, comisión y parlamento) que
se complementan y compensan entre sí. El peso de los ministros y
jefes de estado sigue siendo notable pero es de agradecer, el cada
vez mayor protagonismo que va adquiriendo el Parlamento Europeo, por
cierto, un parlamento que debemos renovar en este 2014 que ahora
comenzaremos.
La aplicación de la
reforma en los diferentes estados llega de la mano de la
subsidiariedad contemplada en su seno pero en el estado español, el
objetivo uniformizador del PP y de su correoso ministro Arias Cañete
(posible cabeza de lista popular al Parlamento Europeo para luego ser
ascendido a la categoría de comisario) han conllevado que las ayudas
directas del primer pilar sean aplicadas uniformemente en todo el
estado según una fórmula ininteligible para el común de los
mortales y que lo único que pretende es, cambiar todos los elementos
para que, en la práctica, todo siga igual.
Ahora bien, existen dos
cuestiones pendientes que van a ser claves en el momento de valorar
definitivamente la aplicación. Por una parte está la definición de
agricultor activo que Cañete y sus consejeros populares aprueben
puesto que si seguimos como hasta ahora, las ayudas directas seguirán
destinándose, en muchos casos, a agente sin actividad o con un peso
muy tangencial mientras que otros muchos, cuya actividad principal o
única es la agrícola, seguirán percibiendo cantidades
insignificantes. Es necesario, más que nunca, priorizar y focalizar
las ayudas para repartir los fondos de una forma más justa, más
sostenible y con una mayor aceptación por el conjunto de la
sociedad.
La otra cuestión, no
menos importante, es el tratamiento que obtendrán los sectores
ganaderos a través de los pagos acoplados porque el 12% de pagos
acoplados previsto es claramente insuficiente, a no ser que se haga
una priorización de sectores y se redistribuya consecuentemente,
para compensar el golpe que sufrirían los sectores ganaderos y muy
principalmente, el sector de vacuno de leche.
Confiemos en que el nuevo
año, resuelva de forma satisfactoria para nuestros baserritarras,
ambas cuestiones, la fiscal y la PAC.
Xabier Iraola
Agirrezabala
xiraola@gmail.com
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