Estrategia “win-win” (DV - 2013-12-14)



A mediados del mes de marzo asistí a la Asamblea de la Federación de Cooperativas Agroalimentarias de Euskadi que finalizó con el colofón del discurso del presidente de EROSKI, Agustín Markaida quien aprovechó el foro para trasladar un mensaje de cercanía y compromiso de la distribuidora de Elorrio con las empresas agroalimentarias vascas, muchas de ellas allí presentes al ser empresas de base cooperativa.

Markaida habló a calzón quitado y reconociendo, en un alarde de sinceridad, que los cambios que la firma elorritarra pretendía impulsar eran una mezcla entre lo que sentían y lo que necesitaban hacer si quieren salir de la delicada situación financiera en que se encuentran.

Como irán comprobando en mis escritos, mis conocimientos financieros, son algo más que deficientes y por ello me limito a la explicación oficiosa que recoge que la abultada deuda de la distribuidora se debe, principalmente, a la compra de la cadena catalana Caprabo. En una palabra, Eroski sufre una fuerte indigestión al atragantarsele la firma catalana y mucho me temo, que la solución va requerir de algo más que un vaso de sal de frutas.

La deuda de 2.600 millones de euros asfixia la firma y parece ser que va ser irremediable un proceso de repliegue táctico abandonando territorios del centro y sur peninsular para especializarse en su hábitat natural del norte y centro peninsular.

Volviendo a las palabras de Markaida, recuerdo cómo nos dijo que, aún a trancas y barrancas, el consumo alimentario se mantiene en lo que a volumen se refiere si bien baja algo en valor, es decir, se mantiene más o menos el número de kilogramos-litros consumidos per capita aunque el valor de los mismos se reduce por el empuje de las marcas blancas y de los establecimientos hard-discount (básicamente DIA y LIDL) y por el contrario, las secciones de no-alimentación en sus establecimientos han descendido a la mitad por lo que, obviamente, su estrategia consiste en centrarse negocio, o mejor dicho, en apoyarse en la alimentación para reflotar la firma.

Posteriormente, en verano tuve la oportunidad de visitar su centro de Zarautz, centro piloto de la nueva estrategia denominada EROSKI ZUREKIN y tengo que reconocer que quedé gratamente sorprendido. El local es más bonito, despejado y con sensación de limpio. La alimentación, en detrimento de otras secciones como electrodomésticos, textil, etc., pasa a ser el corazón de la tienda, amplían la gama de producto, especialmente en lo que producto fresco se refiere, incorporan personal a las carnicerías abandonando su estrategia anterior sustentada en las impersonales bandejas y lo que es más importante, al menos para mí, apuestan fuertemente por el producto local incorporando horticultores, pastores, lácteos y carne de Label.

Osea, dicho pronto y claro, todo un volantazo frente a la dirección de estos últimos años donde su seguimiento de la política de precios bajos a toda costa le asimilaba, peligrosamente a mi entender, a un simple hard-discount y tal como decía Xabier Arzalluz haciendo referencia a los partidos políticos, el ciudadano, entre el original y la copia, se queda con el primero.


Zarautz fue el proyecto piloto, exitoso por cierto, y Garbera ha sido el siguiente centro guipuzcoano en rediseñar. La idea es expandir la nueva buena a todos los centros pero mucho me temo que la delicada situación financiera condicionará y limitará tanto el alcance como la rapidez de dicha transformación por lo que en estos primeros años se limitarán a extender a muchos centros unas cuantas mejoras de la nueva estrategia para así, enderezar el rumbo alicaído.

Por mi responsabilidad laboral, soy sabedor que los responsables de compras de Eroski andan muy atareados en cerrar acuerdos con productores locales, bien sean baserritarras individuales bien sean cooperativas de baserritarras, y que la apuesta, ahora sí, parece sincera. Cuesta creerles porque aún tenemos “in mente” su trayectoria de estos últimos años y su, en líneas generales, indiferencia, cuando no desprecio por el producto local, al menos el que no encajaba en su estrategia comercial.

Que la apuesta actual, además de ser sincera, pase de ser puntual a mantenida en el tiempo es vital para la buena marcha de los productores y empresas agroalimentarias que necesitan de empresas distribuidoras que apuesten por lo local y por ello, deseo que la apuesta de EROSKI sea exitosa y contagiosa para el resto.

Los baserritarras y EROSKI, con la apuesta de ésta última por el producto alimentario local pueden conformar una estrategia “win-win” donde la unión de ambos haga ganar a todos. Ahora sólo falta ver que las buenas palabras y los primeros pasos en la buena dirección se confirman y mantienen dotando a ambas partes de una estabilidad imprescindible en toda actividad económica y no olvidemos que la actividad agrícola es eso, una actividad económica. Especial pero actividad económica.

Xabier Iraola Agirrezabala
xiraola@gmail.com


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