Sidrerías y compromiso de país
El
día de San Sebastian, allá por el mes de Enero, suele ser la fecha
de apertura de la temporada de txotx en las sidrerías guipuzcoanas y
donde, aprovechando el tirón de algún personaje famoso, éstas
acaparan la atención de los medios de comunicación y con ello
logran una publicidad que, de otra forma, sería impagable.
Alrededor
de ese día son numerosas las informaciones que aparecen sobre la
calidad y cantidad de cosecha de manzana autóctona y en función de
cómo haya ido la cosecha se difunde un mensaje u otro; es decir, si
la cosecha propia ha sido escasa, se recalca que en esa tesitura no
habrá más remedio que proveerse de manzana foránea y en el caso de
que haya habido cosecha abundante, se recalcará que la manzana
foránea ya estaba comprometida de antemano por lo que, en
definitiva, también se sigue trayendo manzana foránea.
Del
precio ni hablamos puesto que salvo una pequeña cantidad que se
considera manzana homologada, el precio del resto de la manzana está
congelado desde hace varios años, sin tener en cuenta ni la subida
de los costes ni la subida que ellos, los sidreros, aplican a sus
productos, tanto la sidra embotellada como los que nos sirven en la
mesa en temporada de txotx.
Por
ello, las organizaciones agrarias, aprovechan esa fecha para renovar
su particular tradición que es la de reivindicar, dando quizás por
perdida la subida del precio de la manzana, una mayor presencia de
productos autóctonos en las mesas de las sidrerías durante la época
del txotx. Osea que el menú tradicional (tortilla de bacalao,
bacalao frito, txuleta, queso y nueces) y el ampliado que muchas
sidrerias ofertan incluyan productos de los caseríos vascos de
donde, principalmente, proviene la manzana autóctona, es decir, que
la txuleta, huevos de la tortilla, nueces, y el queso sean de aquí y
que, además, se incorporen otras especialidades que pueden tener
fácil encaje en la forma de trabajar en las sidrerías como puede
ser el pollo, cordero, cerdo o los pimientos o guindillas fritas.
Pues
bien parece ser que el reiterado mensaje no ha caído en saco roto y
que, aún a modo de experiencia piloto, esta próxima temporada de
txotx van a ser 6 sidrerías integradas en el proyecto de Euskal
Sagardoa con Eusko label, 5 guipuzcoanas (Ola
de Irun;
Petritegi
de Astigarraga;
Iparragirre
de Hernani;
Satxota
de Aia
y Calonge de Igeldo) y una bizkaina (Uxarte
de Zornotza)
las que se han comprometido a ofertar una serie de productos de alta
calidad amparados por KALITATEA ( Euskal Okela: chuleta, costilla y
Okela Taloa; Pollo de Caserío Vasco; Huevo de Caserío Vasco; Cerdo
de Caserío Vasco; Pimiento de Gernika; Guindillas de Ibarra; Tomate
del País Vasco; Lechuga del País Vasco y Queso
Idiazabal).
Cada sidrería deberá integrar, además de la propia sidra, como
mínimo 3 productos de este listado a y darlo a conocer a sus
clientes mientras que la administración, a través de la Fundación
HAZI, se encargará de todo el material promocional y publicitario
para que el proyecto piloto tenga el máximo éxito y
consiguientemente, el proyecto se afiance y extienda al conjunto de
sidrerías integradas en Euskal Sagardoa.
El
proyecto, por lo que sé, también contempla una serie de medidas de
control para certificar el compromiso de cada una de ellas y asegurar
a los clientes la autenticidad del producto que cree consumir y cómo
no, una comisión de seguimiento que velará por el correcto
funcionamiento.
Personalmente,
creo que es un proyecto bonito, acertado y necesario al que deseo el
mayor de los éxitos puesto que los clientes demandan autenticidad
cuando van a unos establecimientos tan típicos como las sidrerías
donde creen estar en las catedrales de lo autóctono sin saber que en
muchas de ellas, apenas hay producto autóctono puesto que la mayor
parte de su manzana proviene de Bretaña, la txuleta de Alemania, el
queso de Zamora y las nueces, vaya usted a saber de dónde.
Por
ellos, por los consumidores, pero también por los baserritarras que
en esa época del año producen carne, corderos, pollo, etc. es vital
que este proyecto sea exitoso y que se extienda al conjunto de las
sidrerías, e incluso, más allá de las integradas en el proyecto de
sidra con Eusko Label.
Hace
un par de años, fui a cantar con el coro de mi pueblo a Asturias,
más concretamente al pueblo minero de Pola de Lena y comprobé que
varias sidrerías contaban con una pequeña agrotienda en su seno
donde los numerosos turistas pudimos adquirir tanto fabada como
quesos, embutidos y dulces típicos de la tierra sin tener que andar,
de la ceca a la meca, buscando productos autóctonos. Es por ello que
creo que las sidrerías pueden ser unos excelentes puntos de venta
del producto propio, bien integrándolo en su propio menú bien
integrando en su seno unas pequeñas agrotiendas donde comprar, eso
sí, producto autóctono.
Para
mí, y con esto acabo, el compromiso de integrar 3 productos
autóctonos de calidad en el menú es el camino (emulando el exitoso
programa turístico-agrario-gastronómico de País Cátaro en la
región francesa de Languedoc) y opino que este compromiso debiera
extenderse al conjunto de la hostelería superando así otras
estrategias como el programa del Gobierno Vasco EUSKADI GASTRONOMIKA
donde predomina el punto de vista turístico y escasea el compromiso
de muchos de los establecimientos adheridos con el producto de
nuestros caseríos.
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