La falta de compromiso social
Pienso
que los taberneros de los pueblos pequeños habrán sentido un enorme
alivio al comprobar que, por fin, ya se han publicado en el boletín
oficial las listas electorales para conformar los ayuntamientos de
sus municipios.
Me
explico. En los pueblos pequeñitos, ignoro cuál es la táctica que
siguen en las ciudades, suele ser muy habitual que en los meses
previos a la celebración de los comicios municipales, se te acerque
gente, que tú sabes que son los jefes de los partidos políticos a
nivel local, con el que durante todo el año no tienes apenas
relación, no porque te lleves mal sino en la mayoría de los casos
por lejanía generacional o porque no pertenecen a tu circulo de
amistades, y te proponga, así de sopetón, una vez finalizado las
palabras obligadas de cortejo inicial, sumarte a su proyecto y
ficharte para su lista electoral. Pues bien, como la gente de los
pueblos es muy sabia, la gente suele negarse rotundamente a tomar un
café, un vino o refresco con dicho “cazador”, no vaya a ser que
con su habilidad parlanchina, te llegue a camelar y finalices, lo que
iba a ser un simple café, como teniente alcalde de tu pueblo.
Por
ello, teniendo en cuenta las numerosas negativas a compartir barra
con el jefe y si además, tenemos en cuenta aquellos que evitan salir
a la plaza para no coincidir con ellos a lo largo de dichos meses de
conformación de listas, convendrán conmigo que los taberneros
suspiran aliviados que, por fin, haya finalizado este periodo
pre-electoral donde la hostelería local es uno de los grandes
damnificados.
Una
gran mayoría de los que aceptan compartir barra o mesa con el
responsable local se pasan gran parte de la cita pensando, en función
de los argumentos esgrimidos por el cazador, cómo salir indemne del
tirayafloja y por ello, suele recurrir a excusas como “es que yo
paso de la política, es que ando muy liado en el trabajo, es que
tengo los críos todavía muy pequeños, es que yo no valgo para
estas responsabilidades, etc, etc....” y como se podrán imaginar,
el jefe vuelve a casa con una enorme cesta de calabazas puesto que,
salvo las pocas excepciones, nadie parece dispuesto a implicarse en
cuestiones consistoriales. Eso sí, una vez publicadas las listas
definitivas, todos los lugareños, incluso los que dieron calabazas,
reaccionan y despachan la propuesta electoral con la sutil pero
tendenciosa expresión “es que siempre son los mismos”.
Habrán
caído en la cuenta que he utilizado el termino “excusa” para
referirme a los contrargumentos que utiliza la gente para fundamentar
su negativa y lo utilizo, con pleno convencimiento de ello, puesto
que considero que, si bien aparentemente el rechazo a la política es
el principal motivo, en mi opinión, es la falta de compromiso social
de la gente el motivo real del rechazo.
La
gente no tienen ninguna gana de dedicar su tiempo a solucionar los
problemas que superan lo estrictamente personal o familiar y así,
tenemos que nadie quiere implicarse en el ayuntamiento o concejo pero
algo similar ocurre en el momento de implicarse en la asociación de
padres (aunque, visto lo visto, mejor haríamos en llamarlas
asociación de madres), en la junta directiva de la sociedad
gastronómica, en el equipo deportivo en el que juegan sus hijos/as,
en labores de voluntariado, en impartir catequesis, etc.
La
sociedad actual, por muy pequeño que sea el pueblo, cada vez es más
individualista y reflejo de ello es el desinterés por lo común, por
lo público, por todo aquello que trascienda lo que IKEA denomina “la
república independiente de mi casa” y esto se traduce una total
apatía y falta de compromiso social en su más amplio sentido que
conlleva, irremediablemente, a un progresivo deterioro y
empobrecimiento de la estructura asociativa y vida social que tanto
requieren nuestros pueblos.
Para
finalizar, a modo de ejemplo con el que ilustrar lo dicho hasta
ahora, quisiera traer a colación que recientemente he leído, con
tristeza, que el sindicato agrario alavés UAGA celebró su última
Asamblea y en la misma no se presentó ninguna candidatura a la
presidencia del sindicato por lo que han optado por constituir una
junta directiva con carácter provisional hasta la próxima
celebración de un Congreso extraordinario donde, esperan, resolver
este contratiempo. La nueva junta, provisional, apeló al compromiso
de la afiliación para que la gente se implique en la gestión y
liderazgo de lo que se supone es una herramienta para el bien común
de los agricultores asociados, es decir, el sindicato.
Todos
tenemos la vida llena de preocupaciones, tareas y responsabilidades
personales, familiares y laborales pero creo que debiéramos ser
conscientes que la gestión de lo “suprapersonal” requiere de
nuestro apoyo, compromiso e implicación porque de lo contrario,
nuestros pueblos, nuestras AMPAS, sociedades
culturales-deportivas-gastronómicas, etc, quedarán en manos de
gestores y/o directivos profesionales que, con el tiempo, velarán
más por su puesto que por el bien común, sí, el bien tuyo, el mío
y el nuestro.
Xabier
Iraola Agirrezabala
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