El panfleto de Jaime
San
Fermín fue el día elegido para la presentación del panfleto del
sabio asturiano Jaime Izquierdo titulado “La conservación cultural
de la Naturaleza” que aunó en el Museo San Telmo de Donostia a
numerosa gente (no es que fuésemos muchos pero viendo que se trataba
de la presentación de un panfleto) vinculada, directa o
indirectamente con el sector primario.
Antes
que nada quisiera aclarar que el uso del término “panfleto” para
referirme a dicha publicación no tienen ningún afán peyorativo
puesto que como bien sabrán los que allá estuvieron presentes, fue
el propio Jaime quien lo calificó así, recurriendo a la tradición
literaria inglesa, refiriéndose a una pequeña publicación cuyo
objetivo es divulgar, breve pero eficazmente, una idea.
La
verdad sea dicha, la asiduidad con que Jaime nos visita y nos forma
con sus reflexiones y pensamientos me hace pensar que este asturiano
está haciendo méritos más que suficiente para ser calificado como
“hijo adoptivo” del caserío vasco pero al mismo tiempo, me viene un cierto sentimiento de tristeza, puesto que lo veo cómo un exiliado
que, a semejanza de otros muchos, tiene más éxito fuera que
en su propia tierra.
Frente
a los que abogan por una política de conservación del medio
natural, estética y estática, donde el medio fluya por sus
derroteros silvestres y asilvestrados, sin injerencias humanas, etc.
, Jaime, desde su tribuna universitaria pero en constante contacto
con los paisanos que pisan y trabajan el terreno, evangeliza por una
gestión activa del territorio agrario donde el ser humano,
trabajando la tierra, con las labores agrícolas y ganaderas
tradicionales y con el manejo de la cabaña ganadera modela el
territorio, crea paisaje, expande vida y genera la suficiente riqueza
para que esos mismos paisanos (en nuestro caso, baserritarras) sigan
viviendo en dichos pueblos y no opten por la solución más cómoda,
huir hacia la capital.
Desde
luego que escuchar y leer a Jaime es como un soplo de aire fresco
para la gente del sector primario puesto que es de los pocos
pensadores que abogan por el fortalecimiento de la faceta productiva
incluso en esos espacios naturales, verdaderos santuarios de la
naturaleza o cotos cerrados a la actividad, por una nefasta
concepción de la gestión medioambiental , limitándola a una total
prohibición de cualquier actividad agroganadera.
Pues
bien, en dicha presentación tomaron parte, además de los
responsables de HAZI y Gobierno Vasco, impulsores y patrocinadores de
la edición del panfleto, tomaron parte tanto Jakoba Errekondo como
Imanol Agote, director de Patrimonio Cultural del Gobierno Vasco
quien, con una delicadeza inusual en nuestro sector, hizo un bello
paralelismo entre la conservación del patrimonio cultural y el
patrimonio natural abogando, en ambos casos, por un uso y gestión
compatible con la conservación y recordando que en el mundo
cultural existen cientos de casos de magnífico patrimonio histórico
que han sido abandonados al no lograr la compatibilización con un
uso adecuado y sostenible.
Las
de Agote, fueron unas palabras delicadas pero con una carga de
profundidad en un momento como el actual donde ....
las diferentes
administraciones, inmersas en una alocada carrera de aprobaciones de
espacios naturales protegidos y su designación como Zonas de
Especial Conservación (ZEC), diseñan el futuro de amplios
territorios de nuestro país como si ésto fuese un un páramo, sin
interferencias o interacción alguna humana y así, dan la espalda al
sector productor que vive, trabaja, sufre y disfruta en dichos
territorios porque son parte de su vida y porque cuidan dichas
tierras en tanto en cuanto son su propia casa y su propia piel. Sí,
su casa durante los 365 días del año, a diferencia de lo que ocurre
con esos conservacionistas de salón, que consideran el territorio su
coto durante las 35 horas laborables mientras sus normativas y
cortapisas asfixian al baserritarras las 24 horas del día a día.
Finalizo
mi escrito de hoy, refiriéndome a otro asunto de la actualidad
sectorial, como son la constitución de los ejecutivos foralesy
porque no quisiera pasar por alto la extrañeza que ha causado en el
sector, la perdida de presencia y/o peso del sector primario en la
organización departamental de los ejecutivos forales donde, a pesar
de contar con la misma fuerza política en los tres territorios
históricos, el partido jeltzale ha optado por una graduación de la
presencia agraria que va desde el planteamiento puro con departamento
de Agricultura, a secas, en el territorio alavés pasando por un
planteamiento mixto como es la Promoción Económica, Medio Rural y
Equilibrio Territorial en territorio guipuzcoano hasta la
invisibilidad total en el departamento de Sostenibilidad y Medio
Natural de Bizkaia.
Sé
que el nombre del departamento no lo es todo y que más que la propia
denominación habrá que evaluar su trabajo pero convendrán conmigo
que el comienzo, al menos teóricamente, no ha sido lo que muchos
esperaban ni esperábamos. Ahora bien, teniendo en cuenta el
conocimiento sectorial de las personas elegidas para llevar la
responsabilidad agraria en los tres territorios, no quisiera
precipitarme y por lo tanto, les concederemos el beneplácito de los
100 días.
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