Pako Martínez Soria en Donostia
Como Pako Martínez Soria acudo al glamuroso congreso
Gastronomika que se ha celebrado durante tres días en el Kursaal donostiarra
evidenciando el liderazgo gastronómico de nuestra capital y la fantástica
plataforma que dichos eventos suponen para relanzar la imagen de nuestro país.
Tras varios intentos por diferentes puertas y aún no llevando
txapela, dejando bien a las claras que dicho ecosistema capitalino no es el más
adecuado para una persona tan básica como yo, logro entrar y voy observando con sumo interés y con la
perplejidad con que la vaca mira al tren, entre una variada oferta, los famosos productos
alimentarios de la Casa de Alba (hasta los ricos han decidido sacar
rendimientos a sus fincas), innovaciones tan delirantes como el Plancton Marino
que con una gota de su producto inunda de sabor a marisco el plato que toca, numerosos aceites de oliva, jamones de alto
standing y acercándonos más a lo nuestro, también estaban presentes mis amigos
de Yogures Goenaga, las hamburguesas KM 0 Baserria de la cooperativa de
ganaderos Urkaiko, el txakoli Elkano y la empresa logística KM 0 orientada al
canal Horeca.
Como se podrán imaginar ni hice amago de entrar a las ponencias
y presentaciones porque supongo, que quedan fuera del alcance de mi rudimentario
conocimiento (ya les he dicho que mi astucia culinaria se limita a los huevos
fritos, frecuentemente, estrellados) y por lo tanto, me conformé con curiosear
y saludar a unos cuantos amigos pero esta visita me valió para asimilar la
enormidad de dicho evento, su proyección internacional y por ello mismo, mayor
es mi pena, al comprobar que nuestra cocina, y por extensión nuestros
productos, salvadas las contadas excepciones, brillan por su ausencia.
Por cierto, lo propio y la producción local es lo que ....
está
intentando impulsar el ayuntamiento de Donostia a través del proyecto Donostia
Urban Lur (¡que puñetera manía de introducir palabrejas en inglés!) que
partiendo de un diagnóstico que abarca desde la producción y los comercios, hosteleros
hasta los propios consumidores donde se constata que Donostia produce
aproximadamente el 3,5% de las hortalizas que consume y en consecuencia, se
fija como escenario objetivo (no he logrado encontrar el plazo temporal fijado)
alcanzar un 10% de las hortalizas
consumidas para lo que prevén necesitar 69 hectáreas, ósea, 34 hectáreas más de
las ahora cultivadas. Como se podrán imaginar el objetivo fijado es tan loable
como difícil por lo que es de agradecer el planteamiento municipal de impulsar
parcelas con uso agrario en dos áreas diferentes de la ciudad para ir
consolidando la base en la que conformar una verdadera encubadora agraria donde
facilitar el emprendizaje de los nuevos baserritarras.
Soy consciente que este tipo de iniciativas son vistas con
total escepticismo por parte de mucha gente, muchos de ellos productores en
activo, pero dejando de lado la paja (mensajes pseudo hippy, estética
perroflauta, filosofía flower-power, sustrato ecotalibán y buenismo a raudales)
y centrándonos en el grano (generación de nuevos productores, revitalización y
rejuvenecimiento del sector además de una mayor soberanía alimentaria) creo que
este tipo de iniciativas deben cosechar el apoyo del sector productor y el
respaldo sincero de las administraciones para promover, en estrecha
colaboración entre sector agrario y administraciones, unas políticas realistas,
integradas e integrales donde, además de
estas encubadoras de lanzamiento inicial, se facilite la instalación definitiva
de estos nuevos emprendedores en sus propias tierras o en tierras públicas o en
concesión pública con la suficiente proyección temporal para garantizar la
viabilidad de dichas explotaciones y de paso, se atiendan las demandas de
tierra de los actualmente en activo.
El acceso a la tierra es primordial para los jóvenes y más
aún para aquellos que no provienen del caserío pero no por ello debemos olvidar
(soy consciente que se está trabajando en ello) el acceso al mercado, el
impulso de nichos de valor añadido y que apuesten por el producto local de
calidad y la generación entre los consumidores de un ecosistema favorable al
producto autóctono.
Por cierto, hablando de producto autóctono y aprovechando el
dicho que frecuentemente utilizaba mi padre “a burro viejo, poco verde” para
pasar del sector hortícola al cárnico, les comento, por si no tenían noticia de
ello, que la nueva estrategia cárnica vasca, consensuada entre productores,
carniceros y administraciones, ha comenzado a dar sus primeros pasos y ejemplo
de ello es la “apertura” de la primera carnicería Basque Label Harategia (¡y
sigue con el inglés!), más concretamente, la carnicería Muñagorri de Tolosa
que, tras sus 22 años de experiencia en el Label, afronta la nueva fase con
nuevos bríos.
Xabier
Iraola Agirrezabala
Comentarios