Paciencia

 




Tras las elecciones europeas donde la cuestión agropecuaria ha tenido el peso que le corresponde, dado que la política agraria es la partida más importante del presupuesto comunitario, ahora, no nos queda más que esperar a que se conforme el Parlamento Europeo y comprobar quiénes son los parlamentarios que se dedicarán a la cuestión primaria. Por cierto, mientras el sector agrícola español llora como plañideras por la marcha de la ministra de Transición Ecológica a Bruselas, no debieran olvidar que la venganza es un plato que se sirve frío, y que quizás, la tendrían que soportar, con más poder que ahora además, si es que finalmente resulta nombrada Comisaria de Medio Ambiente. Vayan comprando las velas.

Por su parte, Pedro Narro de VOX se ha quedado fuera del hemiciclo y sólo el PP cuenta con dos expertas en la materia como son Carmen Crespo, hasta ahora consejera de agricultura en Andalucía, y Esther Herranz, la correosa riojana que vuelve a donde nunca debió de salir.

Como decía, a lo largo de la campaña y en el transcurso de los debates, si es que los han seguido, habrán comprobado que la atención al sector primario, tanto por los partidos políticos como por los medios de comunicación, no tiene nada que ver con la falta de atención que soporta lo agrario en otras contiendas electorales, bien sea en elecciones autonómicas, generales o algo más locales. La duda que me surge es, si esta falta de atención, tanto social como mediáticamente, no viene motivada por unas políticas débiles y timoratas que se limitan, en muchos casos, a ser un mero complemento a lo que viene de Bruselas.


En el ámbito más cercano, esta semana asistí al acto de presentación del plan estratégico de la diputación foral de Gipuzkoa para el periodo 2024-2027 y aunque les tengo que reconocer que no he tenido tiempo de leérmelo, nada más que una rápida lectura en diagonal, la belleza del soleado acto, celebrado en el incomparable marco del museo Chillida Leku, se nubló repentinamente al comprobar que las dos bebidas enseña del territorio, el txakoli de Getaria y la sidra, brillaban por su ausencia. Un detalle que no resta importancia al acto ni al Plan pero que sí conviene cuidar la próxima ocasión.

Siguiendo con el ámbito más cercano, ahora que EAJ-PNV y PSOE van avanzando rápidamente en las negociaciones para conformar el nuevo ejecutivo vasco, suenan tambores que deleitan los oídos de la gente del campo, con fuertes e insistentes rumores de que, esta vez sí, el sector primario en su conjunto (agricultura y pesca), la alimentación y, esperemos que el medio natural, tendrán voz en la mesa de Ajuria Enea y ante el conjunto de la sociedad vasca. En estos tiempos donde el cuidado de la población es una de las prioridades de todos los partidos políticos, no se entendería que la alimentación, fruto de la agricultura y pesca, las políticas de consumo alimentario, el cuidado de nuestro patrimonio natural que tanto bienestar genera a la población vasca y la población rural no tuvieran su departamento propio. En fin, esperaremos unos pocos días más, para comprobar si los rumores se confirman o si por el contrario, el viento se lleva lejos el ruido de los tambores.

Alejando la mirada hacia ámbitos más amplios, como el Estado, me llama la atención la política suicida que están impulsando alguna industrias lácteas, principalmente en Galicia pero con incidencia notable en el conjunto del Estado, mediante propuestas de bajada de precios al ganadero que los sitúa al borde del abismo.

Mientras, los mandamases de la patronal láctea FENIL tienen la desfachatez de hacer un llamamiento para crear una alianza entre ganaderos e industriales a fin de garantizar el suministro competitivo para sus plantas transformadoras que deben, en su opinión, cumplir con el fin social de garantizar el abastecimiento de leche y productos lácteos a nuestra sociedad.

No me negarán que no son ciertamente angelicales. Tan angelicales como el principal oyente que participaba en el conjuro de la FENIL que no era otro que el propio ministro, Luis Planas, que escuchaba como quien oye llover, términos como la competitividad del sector, cuando lo que querían decir es que pretenden bajar los precios al ganadero, términos como la alianza entre ganaderos e industrias, cuando lo que querían decir es que los ganaderos deberán estar amarrados a aquellas industrias que los maltratan desde tiempos inmemoriales y afirmaciones como la perdida de competitividad en el sector del queso, cuando lo que querían decir es que las queserías estatales pierden comba ante el queso europeo importado, eso sí, por cadenas de distribución y empresas agroalimentarias, alguna de las cuales pertenece a esa misma patronal.

En fin, un despropósito total, en un acto amigable organizado con motivo del día internacional de la leche, 1 de junio, que contó con la presencia de Luis, el plano, quien tras despertar de la siesta, lanzó la retahíla de bellas palabras y de generalidades a las que nos tiene acostumbrados.

A lo dicho, la semana que bien, sabremos si tenemos o no departamento y quien es la persona que lo liderará. Paciencia, que falta poco.

Xabier Iraola Agirrezabala


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