En familia
El impulso de la agricultura
familiar es el motivo principal por el que Joxe Mari Zeberio será galardonado como
BASERRITARRON LAGUNA (Amigo de los baserritarras) por la organización agraria
ENBA en el transcurso de su asamblea anual, este año, novedosamente, en viernes,
26 de enero, y en Hernani. La cita aúna información y reivindicación con la
fiesta que supone juntarte con compañeros de oficio y destino que, en muchos
casos, no ves a lo largo del año.
Todos ellos, y otra mucha gente
que no acudirá a la cita, son sabedores de que J.M. Zeberio ha sido a lo largo
de toda su vida un impulsor de diferentes proyectos e iniciativas, todas ellas,
dirigidas a impulsar la estructuración asociativa del sector, la formación de
los baserritarras y, cómo no, al impulso de la agricultura familiar, en su
sentido más amplio y generoso.
Hasta suena a viejuno, hacer un
reconocimiento a alguien por haber impulsado la estructuración y asociacionismo
(sindicato, centros de gestión, cooperativas, …) en un sector primario,
especialmente en el vasco, donde la dispersión geográfica imprime carácter y donde
el individualismo prevalece. Más aún en los tiempos que corren, donde los
productores se unen, aquellos pocos que lo hacen, a una organización,
asociación y/o cooperativa con un compromiso débil y actuando más como cliente
que como miembro de la organización. Pagar y exigir. Sobre todo, exigir. Los
hay, incluso, que exigen sin ni siquiera ser asociado. De todo hay en la viña
del Señor.
Algo similar ocurre con la
formación que J.M. Zeberio impulsó para los profesionales, sobre todo para los
más jóvenes, implicándose activamente tanto en la Escuela de Pastores de
Arantzazu, en diversos cursos y últimamente, como muñidor de la creación de la Escuela
de vacuno de leche. Todo ello en un momento en el que muchos confunden,
información con formación, leer titulares llamativos con documentarse y ver
vídeos virales con analizar material audiovisual creado con objetivo formativo.
Otro tanto, cuando J.M. Zeberio,
comenzó hace unos años evangelizando sobre la necesidad de potenciar la
agricultura familiar, modelo donde la responsabilidad y gran parte del trabajo
recae en el núcleo familiar, como el mejor de los modelos para defender nuestra
agricultura frente a otros modelos industriales donde prima el volumen y manda
el capital societario, y donde la mano de obra no es más que una cuadrícula más
del Excel del balance empresarial. Participé, casi desde el principio, en el
Foro Rural Mundial impulsado, entre otros, por J.M. Zeberio y si bien, viendo
los cuatro gatos que nos juntábamos, el nombre me resultaba excesivamente
pretencioso, tengo que reconocer que lo que, con todo el cariño, yo calificaba
como “cosas de Xeberio”, hoy en día es un organismo que aúna a 51 entidades de
todo el mundo que representan, todos ellos, a unos 35 millones de agricultores.
Así, lo que era un concepto
demodé y visto como una reivindicación infantiloide de perroflautas, la
agricultura familiar, con un trabajo serio y riguroso, creando un andamiaje
teórico que le da consistencia al mensaje y trabajando en red a nivel global, se
ha logrado ganar un prestigio internacional y el reconocimiento de organismos internacionales
como la FAO y la propia ONU que han hecho suyos la defensa de la agricultura
familiar como la mejor de las herramientas para combatir el hambre y promover
un desarrollo sostenible en los países y continentes más vulnerables que sufren
los excesos del libre mercado globalizado.
Sólo estas tres pinceladas sobre Joxe
Mari son razón más que justificada para agradecerle el trabajo desempeñado y
por eso mismo, desde esta tribuna que algunos leen, los animo a acercarse al
homenaje y entrega del premio que se celebrará el próximo viernes.
Soy consciente que hablar sobre
la agricultura familiar desde Euskadi, y desde la propia Cornisa Cantábrica me
atrevería a decir, es cuestión harto fácil y que lo difícil es hablar de ello
en otros contextos, en otros territorios y en otros ámbitos y por eso mismo,
tengo que reconocer mi satisfacción ante la postura del Gobierno Central y de
su ministro, Luis Planas, de plantear como una de sus prioridades para esta
legislatura, el impulso de la Ley de Agricultura Familiar, más aún si cabe,
siendo plenamente conscientes que el lado oscuro del mercado impone el otro
modelo, ese que nadie quiere pero que cada vez se extiende más, que no es otro
que la agricultura empresarial e industrial donde las sociedades y los fondos
de inversión cada vez tienen más peso, donde se avanza en la concentración y
acaparamiento de las tierras, una agricultura sin agricultores pero con empleados y donde el factor humano mengua en favor del
capital.
No me queda ninguna duda, y con
esto acabo, que en este paso gubernamental ha sido fundamental el trabajo
desempeñado y el empuje dado por la organización agraria UPA que, no por
casualidad, es miembro del Foro Rural Mundial.
Ya ven, otro motivo más para
homenajear a Joxe Mari.
Xabier Iraola Agirrezabala
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