Ligoteo en el super
Acabo de volver de un
interesantísimo y completo viaje técnico por Galicia organizado por la
confederación de cooperativas agrarias de Euskadi, KONFEKOOP, más
concretamente, por su sección agraria, que se ha constituido en todo un clásico
del sector primario y donde, más allá de visitas a cooperativas e iniciativas
ciertamente enriquecedoras, se consigue tejer una red de amistades y
complicidades entre gentes y cooperativas que, más allá de las cuestiones
económicas, suelen resultar de gran valor en el día a día.
Por cierto, hablando de
cooperativas y aunque no haya participado en dicho viaje, creo que es de
justicia, traer a colación que la principal cooperativa ganadera, KAIKU, tiene
por primera vez una mujer al frente de la entidad, que no es otra que la navarra
Elsa Castillo de la localidad ribereña de Peralta.
Como les decía, vuelvo de tierras
gallegas, y a la vuelta, compruebo que la parte más insustancial de nuestra
sociedad, por lo visto, una proporción nada desdeñable, está enfrascada en la
bomba marketiniana, diseñada en algún oscuro despacho pero con un éxito
extraordinario, que nos invita a ligotear en el supermercado, Mercadona, de 7 a
8 de la tarde y para ello, nos indican cuál es el ritual a seguir, al parecer,
coger un carro, cargar una piña cabeza abajo y buscar una victima con la que
chocar el carro para, después, aventurarse a lo que surja.
El vídeo que dio inicio a la
locura se hizo inmediatamente viral, hay que ver que fácil se hacen virales los
vídeos que interesan a los poderosos mientras los nuestros no superan las dos
centenas de seguidores, y después, el video viral, fue lanzado a la
estratosfera gracias a la ayuda de informativos supuestamente serios (la sequía
informativa propia del verano también ayuda), programas de entretenimiento,
etc. para acabar, finalmente, con miles de memes y videos particulares donde el
cachondeo era de lo más ingenioso. Tal es el fenómeno que el resto de las
cadenas, para no perder comba, se han lanzado a su particular campaña de
ligoteo para, una vez más, no perder cuota de mercado, en este caso, mercado
amoroso.
Me juran y perjuran que la cadena
en cuestión nada tiene que ver con dicho video inicial pero, con la mosca
detrás de la oreja, les tengo que reconocer que este tipo de actos con fin
publicitario, aunque no sean una campaña al uso, son una ingeniosa y magnífica
manera de llegar a miles, millones diría yo, de personas que, aún no siendo
clientes de la cadena, cuando menos, se ven tentados a acudir al supermercado
más cercano para así comprobar si es verdad que la gente liga gracias a una
piña en pleno pasillo del super, cotillear quienes son los que van a este tipo
de acciones y de paso, si cuadra, volver a casa con pareja.
Personalmente, todavía no he ido
al super de Lazkao, el más cercano a mi domicilio, pero no descarto acudir,
acompañado eso sí de algún soltero recalcitrante de la cuadrilla. Ahora bien, aprovechando
que no nos ve ni escucha nadie, animaría a las dos mujeres que protagonizaron
el video inicial a que graben un segundo video donde, el señuelo para atraer la
pareja sea un brik de leche y no una piña, que vete tú a saber de dónde puñetas
viene.
La cuestión no obstante es que,
con la tontería de marras, son millones de personas que hablan de la citada
cadena de distribución, la interiorizan, la hacen suya y logran, que un
porcentaje de esas personas que se ríen, nos reímos, acaben picando en el anzuelo
y terminen siendo atraídos al interior de las tiendas para, una vez dentro,
aunque sólo sea por la vergüenza de salir con las manos vacías, cargar unos
cuantos productos al carro.
Demuestra, por otra parte, la
fuerza de la cadena Mercadona en el conjunto del estado, una marca fácilmente
identificable por el conjunto de la población, nada extraño por otra parte, con
una cadena que tiene casi un 27% de cuota de mercado, que, junto con las cuatro
cadenas siguientes, entre las cinco, copan, prácticamente, el 50% de la cuota
de mercado. Para que luego anden, los mensajeros de la patronal distribuidora,
haciéndose trampas en el solitario y haciéndonos creer, que el tan criticado
oligopolio de estas cadenas no es tal.
Oligopolio que, en mi opinión irá
a más, si tenemos en cuenta el creciente peso que está acaparando la marca de
distribuidor, marca blanca para el populo, que en el apartado de la
alimentación ya es del 58,5% y que la concentración de la compra en los diferentes
formatos de establecimientos (super, hiper, descuento, etc.) es cada vez mayor,
para lo que no hay más que observar dos datos. En la última década, Euskadi,
cuestión que estimo será extensible a otros territorios, ha perdido 5.658
comercios minoristas, con un importante porcentaje de la rama alimentaria.
Segundo dato, el 77,7% del consumo alimentario para el hogar se efectúa en la
distribución organizada.
Por tanto, si aunamos la cada vez
mayor concentración de la compra en la distribución organizada y la cada vez
mayor presencia de la marca de distribución en la cesta familiar, no hace falta
ser un lince, para caer en la cuenta de que, algunos lo tienen cada vez más
crudo, mientras otros, cada vez tienen más fuerza mientras se descojonan,
mirando por las cámaras de vigilancia de sus establecimientos, cómo la gente
que dice preferir el comercio tradicional ligotea en sus pasillos.
Xabier Iraola Agirrezabala
Comentarios