El cuerpo de Don Luis
Los compromisos familiares me ausentaron de mi cita semanal con mis lectores y no se crean que no me fastidia el contratiempo. Soy consciente del alivio que sintieron mis críticos, pocos pero insistencialistas, y de la pena que sintieron mis seguidores, bastante más numerosos pero también más discretos que los anteriores. Por ello, resultó una sorpresa mayúscula recibir la llamada de unos amigos oscenses que, seguidores habituales de mis filípicas, han tenido a bien invitarme a un bello pueblo de Huesca a conversar con ellos y trasladarles de viva voz a primeros del mes de septiembre, mis reiterados mensajes en pro del mundo rural, de su cultura y de la dignidad de los productores de alimentos, además de gestores del territorio y modeladores de paisaje. Estoy seguro que los que asistan a dicha charla se sentirán ciertamente defraudados cuando comprueben lo parco en palabras que es éste que, en apariencia, tiene una verborrea interminable y un atractivo argumentario, al men...