Las picardías de Jordi Évole



Lo tuyo sí que tiene mérito, es lo que me suelen lanzar a la cara aquellos que se sorprenden por la interminable matraca que doy con los temas de siempre (agricultura, alimentación, baserritarras, medio natural, ecologistas, …) y yo les respondo que no tiene ningún merito porque la temática, aunque teóricamente muy limitada, es amplísimala y la realidad es tan rica y variada que nunca falta de lo que hablar y sobre lo que pontificar, eso sí, desde mi rinconcito y con los ojos que me dio Dios y que me han moldeado mis amigos los baserritarras.

Uno de los temas, por ejemplo, sobre el que no tengo más remedio que hablar hoy, es el programa Salvados que dirige el periodista Jordi Évole que el domingo pasado emitía un reportaje sobre Mercadona donde trataba, principalmente, dos cuestiones como son su relación con los trabajadores y por otra parte, su relación con los proveedores, mejor dicho, los interproveedores.

Me senté ante el televisor con gran interés dado que esta empresa distribuidora es vital para mis amigos, los ganaderos de vacuno de leche de Euskadi, dada su relación empresarial con IPARLAT, y según avanzaba el programa, me iba sintiendo más incómodo y si les digo la verdad no sé porqué.
La imagen que dio Mercadona, en mi opinión, fue la de una empresa que funciona con gran eficacia, como una maquina bien engrasada pero de escasa permeabilidad y, por mucho que se esforzaron sus responsables la imagen que dieron es de total hermetismo. Una empresa hermética, piramidal y donde los argumentos se repiten como mantras que retumban machaconamente en las mentes de los televidentes.

La otra faceta, su relación con los interprovedores no me pilló tan de sopetón porque considero las relaciones interproveedor-Mercadona ni son tan idílicas como las manifestaba el empresario mostrado ni tan maquiavélicas como las enunció el empresario oculto en la sombra. Son tan normales y al mismo tiempo complicadas como las que puede tener la PYME que fabrica determinadas piezas para grandes empresas del sector automovilístico o para la mismísima CAF.

Lo he manifestado alguna otra vez y lo vuelvo a decir, aunque haya desconcertado a más de uno, la apuesta de IPARLAT por Mercadona es buena puesto que es la apuesta de una pequeña empresa (no olvidemos, liderada por los ganaderos de la cooperativa KAIKU) por alcanzar al mercado mayoritario y porque, dicho acuerdo, dota de estabilidad al sector productor (al garantizar la comercialización de toda su leche) además de una rentabilidad para sus explotaciones ganaderas.

Creo que todo es mejorable y por ello conviene ir, como en toda relación entre comprador-vendedor, limando aquellos aspectos que más problemas generan como pueden ser la frágil rentabilidad que cierra las puertas a la incorporación de los jóvenes (¿sería utópico hablar de subir 6 céntimos al ganadero para así asegurar su viabilidad actual y futura?) , el impulso de productos con un mayor valor añadido y por otra parte, yendo más allá de lo meramente económico, la relación entre los diferentes eslabones de la cadena alimentaria para que, compartiendo objetivos y metas, no caigamos en la tentación de promover estructuras de integración, cuando no sumisión, donde uno de los eslabones fija los criterios a cumplir por parte de los eslabones restantes.

Aún así, dejando bien clarito que existen aspectos a mejorar, vuelvo a reiterar (aún a sabiendas que mi opinión no interesa a nadie) mi apoyo a dicha relación comercial entre IPARLAT y Mercadona y a pesar del desconcierto generado por mis manifestaciones al respecto en las redes sociales, aprovecho la coyuntura para cambiar de tercio, y adelantarles mi total desconcierto con la alarma generada en Donostia tras la aparición de unos cuantos jabalís en el barrio de Intxaurrondo y más aún, con la posterior polémica desatada por los animalistas tras abatir unos ejemplares por parte de los cazadores que actuaron a requerimiento de las autoridades públicas.



Un jabalí en la puerta de su casa le ponía yo a cada uno de estos animalistas que, increíblemente, se lamentan de que hayan abatido unos pocos jabalís aún a sabiendas que en Gipuzkoa, y creo que sería algo extensible a muchos otros territorios, convivimos con una verdadera plaga de jabalís y corzos que, además de provocar numerosos accidentes de tráfico, están amargando la vida y perjudicando económicamente a cientos de baserritarras y forestalistas con sus hazañas a las que, graciosamente, nos solemos referir como “picardías”.

Los jabalís pueden arrasar maizales, levantar praderas y dañar cierres a lo largo y ancho del territorio rural sin que por ello nadie, salvo los directamente afectados, se alarme. Ahora bien, basta que sólo uno de ellos aparezca por los aledaños de cualquier ciudad para que salten todas las alarmas y se genere una verdadera polvareda. Una vez más, queda claro, que reaccionamos, única y exclusivamente, cuando nos afecta directa y personalmente. Mientras tanto, ¡que les den!.

Xabier Iraola Agirrezabala

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Xabier,

Ados esaten duzunarekin.

La relación Iparlat-Mercadona ha dado estabilidad al sector ganadero en Euskadi, y gracias a ella tenemos los precios de venta de leche más altos del Estado.

Curiosamente a ningún representante de Mercadona se le ocurrió mencionar que ha obligado a la industria a pagar un precio mínimo por la leche al ganadero (hubiesen sumado puntos). O igual esta parte la cortaron...

Es cierto que si fueran 6 cents más los que pagaran sería mucho mejor, pero el consumidor no lo permite en estos momentos (recordemos lo mal que fue el experimento de subir 1,5cents/litro en precio en el lineal de Mercadona hace un par de años) y por desgracia la cadena de valor no tiene mucho más donde rascar.

Propongo regalar un par de jabalíes adultos al Sr. Évole a modo de mascota para que los ponga en su jardín y así, tras su experiencia, les dedique el próximo programa...

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