Europa pierde aceite
eN una sociedad moderna
como la nuestra donde el consumidor tiene acceso a infinidad de
productos alimentarios de muy diverso origen y pelaje, la trazabilidad
es una de las directrices que marcan tanto la acción política como la
normativa en el ámbito agroalimentario.
Es vital, o así parece al menos, conocer y poder seguir la
traza de un alimento desde que es producido en su origen hasta que llega
a manos del consumidor final y en función de ello, si hubiera algún
error en el funcionamiento de la cadena, poder determinar la identidad
del infractor y por ende, exigirle la responsabilidad contemplada en la
normativa.
No obstante la cuestión tiene sus excepciones y ejemplo de
ello es la actuación del Comisario europeo de Agricultura, Dacian
Ciolos, quien hace un par de meses anunciaba la retirada de su propuesta
de reglamento para acabar con las aceiteras rellenables en el canal
HORECA (bares y restaurantes) con el consiguiente y lógico enfado de los
productores de aceite y de las autoridades agrarias de los países
mediterráneos, principales productores del líquido mágico.
El rumano Dacian Ciolos se ha arrugado ante la campaña
mediática que dicho reglamento ha sufrido en los países del norte de
Europa y muy especialmente de Alemania y Reino Unido y así, alegando
falta de "un apoyo mayoritario" entre los países consumidores, ha metido
la marcha atrás y metido al cajón el reglamento que fue presentado como
una eficaz herramienta para garantizar la calidad del aceite de oliva
consumido y como una defensa de los intereses de los consumidores.
El consumidor acude a los establecimientos hosteleros y en
muchos casos se encuentra con que el empresario le ofrece el aceite de
oliva en una aceitera rellenable que no cuenta con ningún dato sobre el
tipo de aceite que va a consumir puesto que estos recipientes no cuentan
con etiquetado alguno y habitualmente, son rellenados en el interior de
la cocina y sin que el consumidor pueda comprobar si el aceite es de
calidad, de qué tipo es o, si por el contrario, es rellenado en la
trastienda con una mezcla de aceites, unos buenos y otros, no tanto.
Sigue leyendo en NOTICIASdeGIPUZKOA (2013-08-06)
Comentarios