Las vacas a la calle




“La seguridad alimentaria en la prensa del País Vasco en 2012” es el título de un informe elaborado por ELIKA, Fundación Vasca para la Seguridad Alimentaria, en colaboración con el Grupo Consolidado de Investigación en periodismo de la UPV cuyo objetivo último es conocer el tipo de información que le llega a la población vasca en relación a la seguridad alimentaria, conocer la relevancia y la continuidad de cada una de las noticias, observar el impacto dado a los riesgos y alertas alimentarias acaecidas a lo largo del año.

Antes de entrar en harina, debo aclarar que el concepto de Seguridad Alimentaria recogido en el informe engloba tanto la inocuidad e higiene de los alimentos (Food Safety) como su accesibilidad (Food Security) y abarcando en todo momento, la cadena alimentaria en su integridad; osea, desde la producción hasta el consumidor pasando por todos los eslabones intermedios como la transformación, distribución y comercialización.

Dicho esto, tengo que aclarar que al leer el informe, personalmente, partía de una idea previa sobre el escaso tratamiento que la prensa vasca da a la seguridad alimentaria y muy especialmente, a la producción agraria, por lo que, como siempre, mi opinión puede estar escorada y contaminada por mi estrecha vinculación con los productores y por la experiencia de los últimos años donde observamos que los medios atienden a los baserritarras, únicamente, si protestan sacando las vacas a la calle. No, no es una exageración puesto que no hace mucho, una conocida televisión llamó al sindicato ENBA para asegurarse de que la protesta en plena Gran Vía bilbaina iba a contar con el aderezo de unas vacas puesto que en caso contrario, ellos no acudirían a cubrir la protesta por falta de interés.

Pues bien, el informe revela que a lo largo del año 2012 los 9 diarios estudiados (Noticias de Gipuzkoa, Deia, Noticias de Alava, El Correo, El Diario Vasco, Gara, Berria y las ediciones vascas de El País y El Mundo) publicaron un total de 820 informaciones, osea, 68,3 noticias mensuales o 17,08 noticias por semana o 2,24 noticias por día, lo que denota, tal y como indica el propio equipo redactor, un dato realmente bajo si se tiene en cuenta el amplio abanico de temas que abarca la alimentación. De ellas, el 69,6% corresponde a informaciones sobre temas de actualidad, mientras que el 28,4% son sobre actualidad permanente (cuestiones relativas a la calidad de vida) y el 1,9% sobre actualidad prolongada, estrechamente vinculada ésta última, a alertas y riesgos sanitarios. Es decir, 3 de 4 noticias se centran en lo inmediato, en la actualidad diaria y su vigencia, consecuentemente, es muy breve.

Atendiendo a la temática tratada, del total de informaciones publicadas, son la salud (repercusiones de una alimentación deficiente, la composición nutricional, los beneficios de las dietas, etc.), la alimentación y la accesibilidad (temática reforzada por la crisis económica que dificulta el acceso de sectores de la población a los alimentos) los que configuran los bloques temáticos más recurrentes mientras que, por el contrario, la ausencia de riesgos alimentarios ha ubicado la seguridad e inocuidad en las últimas posiciones.


En cuanto a la ubicación de dichas noticias en cada uno de los diarios cabe destacar que si bien Gara es el único que no las dispone en un lugar específico, el resto de cabeceras recurre a la sección de Sociedad en sus múltiples acepciones (Sociedad, Ciudadanos, Al Día, Bizia, etc) mientras que Deia y Noticias de Gipuzkoa también optan por las páginas de información local. Por otra parte, esta información apenas aparece en cuadernillos especiales y dominicales salvo, casos puntuales y cuadernillos de evidente tinte publicitario.

Desde la perspectiva del género periodístico el 66,2 corresponde a géneros informativos (NdG y Deia concentran el mayor número), el 21,4% al género interpretativo (informe, reportaje, entrevista, crónica, etc. principalmente en Vocento, Berria y Deia) mientras que el género de opinión queda reducido al 12,3% (editorial, columna, artículo de opinión, carta al director, etc. siendo Berria el único que destaca por la frecuencia de sus columnas). Es decir, escasea la información sosegada, elaborada, que trate los temas con continuidad y no es de extrañar si, independientemente del género periodístico recurrido, el informe concluye, analizando el número de periodistas que firman las informaciones, que se da una evidente falta de especialización sobre temas de alimentación.

El informe de ELIKA, como ocurre con casi todos los informes estadísticos, no descubre el mar Cantábrico pero si vale para poner, negro sobre blanco, lo que diariamente observamos y captamos a nuestro alrededor. A mí personalmente, me vale para reafirmarme en el objetivo con que inicié hace unos meses la redacción de mis colaboraciones que no era más que incrementar la información agraria, rural y alimentaria, situar la actualidad agraria y rural en el paisaje periodístico de nuestro país y , de paso, expandir al conjunto de la sociedad las inquietudes, problemática y realidad del sector agrario en su conjunto pero, muy especialmente, del sector más profesional del campo.

Todo ello, eso sí, sin tener que sacar las vacas a la calle.

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